
A nadie le pasa por alto que el agua es un elemento clave en la cocina de cualquier casa, de hecho es un elemento clave para el buen funcionamiento de nuestro organismo. La utilizamos a diario para elaborar platos como sopas y cremas, para lavar los alimentos o hervirlos. Según los expertos deberíamos beber un mínimo de 8 vasos al día para estar bien hidratados, pero muchos de los alimentos que consumimos ya contienen agua como las frutas y hortalizas. Pero, ¿Qué tipo de agua estamos consumiendo? En este artículo nos centraremos en los beneficios que tiene cocinar con agua descalcificada.
Inconvenientes de cocinar con agua dura
Uno de los mayores inconvenientes de cocinar con agua dura es el tiempo de cocción de los alimentos, por eso una agua con demasiada cal puede aumentar significativamente el tiempo que tardamos en cocinar. A todo esto hay que sumarle el sobrecoste energético de luz y gas por aumentar los tiempos de cocción. Por otra parte, el agua dura puede dañar también parte del revestimiento de tus utensilios y empeora el funcionamiento mecánico de electrodomésticos por lo que utilizar agua de calidad es clave en una cocina.
Como hemos comentado anteriormente cocinar con agua descalcificada permite acortar los tiempos de cocción y con eso, la mejor conservación de nutrientes, vitaminas y minerales en hortalizas y verduras, dado que con un menor tiempo de cocción se conservan mejor sus propiedades. Pero no solo eso, el agua descalcificada conserva mejor el sabor de los alimentos y bebidas. Una agua dura puede llegar a provocar acidez o incluso exceso de cloro, lo que provocaría perder parte del sabor, aroma y el cuerpo a bebidas como el café o el té.
La instalación de un descalcificador ecológico puede ayudar en gran medida a revertir los inconvenientes de la agua dura. Si quieres saber qué tipo de agua tienes en casa y cómo te puedes beneficiar de ella solicita un análisis gratuito del agua y un experto del Instituto de Consumo Energético te asesorará.